Eh, cómo les gusta a estas chicas lujuriosas la gruesa polla del negro. Con tanta pasión la trabajaba con sus labios, que me daban ganas. No entiendo cómo le entraba en la boca, la garganta sin fondo. Como siempre en estos casos, le pidió que se corriera en su lengua. Tragó con placer, sin dejar rastro.
Bueno, los medio hermanos y las medio hermanas no tienen ningún parentesco, así que no puede considerarse algo malo o inmoral. No es de extrañar que un chico y una chica adultos, sin parejas sexuales habituales y estando casi a diario el uno con el otro, se sintieran de repente atraídos a nivel sexual el uno por el otro. Teniendo en cuenta que a la chica le gustó (al chico entonces sin duda), creo que seguirán practicando este tipo de cosas de vez en cuando.
Sólo la quiero.